Una de las principales asignaturas pendientes que tienen los conductores españoles son las rotondas.

Muchos accidentes se causan en estos espacios de la vía, sobre todo por la falta de señalización con los intermitentes, la falta de utilización de los espejos para revisar si podemos realizar la maniobra para entrar o salir, y sobre todo la falta de sentido común.

Quien tiene prioridad en una rotonda

En general y salvo que exista algún tipo de señalización que indique lo contrario, siempre tendrá preferencia en una rotonda el vehículo que está circulando por ella frente al vehículo que se quiere incorporar.

De hecho, para entrar en una rotonda siempre encontraremos una señal de ceda el paso, por tanto siempre deberemos ceder el paso a aquellos conductores que se encuentren dentro de la rotonda.

También debemos señalar, que en el caso de encontrarse los dos vehículos circulando dentro de la rotonda, por ejemplo de dos carriles, siempre tendrá preferencia aquel que se encuentre en el carril exterior, es decir, para salir de la rotonda siempre tendremos que circular por el carril exterior de la misma.

 

Cómo circular por la rotonda

Antes de entrar siempre debemos tener claro que la prioridad la tiene aquel vehículo que ya se encuentre en ella.

Debemos tener en cuenta que los coches que estén circulando dentro de la rotonda pueden pretender salir por donde queremos entrar nosotros y no señalizarlo correctamente.

Por eso debemos estar especialmente atentos a los vehículos que se aproximen por nuestra izquierda y no aventurarnos a entrar en la rotonda hasta que no estemos completamente seguros de que el vehículo que ya circula por dentro no va a salir por nuestra misma salida, o va a pasar por delante de nosotros.

La deficiencia en la utilización de los intermitentes, es otro de los elementos que la gran mayoría de los conductores españoles debería revisar.

Si la rotonda es interurbana, debemos entrar y circular siempre por el carril derecho. Pero en el caso de que la rotonda se encuentre dentro de poblado, y sus carriles estén delimitados, escogeremos aquel que más nos convenga según la salida que vayamos a coger.

 

Aquí os dejamos un video de la DGT sobre cómo no se debe circular por una rotonda:

Errores comunes para circular en una rotonda

Uno de los errores más comunes se da en la salida de las rotondas, ya que muchos conductores no saben qué carril escoger.

El caso es que siempre, sin excepción se debe salir por el carril derecho, ya que en nuestro país, para salir de la rotonda solo tenemos la opción de salir por la derecha.

Esto que parece tan sencillo, en realidad no debe serlo, ya que la mayoría de los conductores no lo realizan correctamente.

La confusión viene entre otras cosas porque cuando nos incorporamos a la rotonda, no necesariamente debemos ponernos en el carril de la derecha, sino que si nuestra intención no es la de salir en la primera o segunda salida, deberemos ponernos en el carril izquierdo o central si fuera de más de dos carriles.

Eso si, lo fundamental es señalizar nuestra intención por medio de los intermitentes para que los otros conductores puedan conocer de antemano el movimiento que vamos a hacer.

Siempre tendremos que señalizar todas las maniobras porque si no provocaremos un accidente de tráfico que se podría haber evitado.

  • Según la Dirección General de Tráfico, el 75% de los conductores no conoce el uso que tiene cada carril, y el 68% circula de manera errónea. Este es el error más común de los conductores para circular en una rotonda, no conocer el uso del carril y posicionarse de manera incorrecta en el. Esto perjudica la fluidez de la circulación, sobre todo si se usa el carril de la derecha cuando la intención es salir por la izquierda, o si se pretende realizar un cambio de sentido. Además para entrar en la rotonda, si la calle por la que accedemos a ella tiene dos carriles, tendremos que situarnos también en el carril adecuado, esto es, en el de la derecha si nuestra intención es salir por la derecha, o en el carril de la izquierda si vamos a salir por la izquierda, eso si, siempre que la circulación te lo permita. En cualquier caso nos debemos incorporar desde el carril exterior e ir moviéndonos hasta el carril interior si así lo deseamos. Esto que parece tan fácil de aprender y de realizar, es algo que el 75% de los conductores hace mal.
  • Los estudios de la DGT nos dicen que el 45% de los conductores que circula por el carril interior de una rotonda, sale directamente desde ese carril, algo realmente peligroso y que provoca gran cantidad de accidentes leves que podrían evitarse en las rotondas.
  • Por otro lado, también sabemos que el 60% de los usuarios no utiliza o lo hace de forma incorrecta, los intermitentes. Mas de la mitad de los conductores no utilizan los intermitentes para indicar que quieren dejar la rotonda en la próxima salida, y un 30% utiliza el intermitente para indicar que sigue circulando recto o que no va a salir por el siguiente desvío, pero lo cambia por el intermitente derecho justo antes de salir.
  • La mayoría de los accidentes graves se deben a que algunos conductores, en concreto el 15% circula por la rotonda cruzando carriles. Los accidentes que se dan por esta manera incorrecta de realizar la rotonda son los que provocan mayor número de fallecidos.

 

Los diseños de las glorietas pueden ser muy variados pero las normas de circulación son siempre las mismas, es decir, debemos ceder siempre el paso a aquellos vehículos que se encuentren dentro de la rotonda y elegir para nuestra circulación el carril más adecuado según la salida que vayamos a tomar.

Una vez que estamos ya dentro de la rotonda siempre tendremos preferencia ante los vehículos que pretendan acceder a ella.

Para realizar la salida, tendremos que situarnos previamente en el carril exterior, con tiempo suficiente para hacer lo de forma segura y señalizando la maniobra. En el caso de no poder hacerlo con tiempo, tendremos que realizar un segundo giro para poder colocarnos en la posición adecuada.

La gran mayoría de los conductores incumplen estas normas, y esto desencadena en muchas ocasiones accidentes que pueden ser leves o graves, según los factores que acompañen, como la velocidad, la posición, etc.